Te echo de menos cada minuto del día, cuando te tumbabas debajo de la mesa del ordenador y no me dejabas trabajar, cuando a las nueve de noche te ponías a ladrar para que te diera la cena, cuando querías irte a dormir y no parabas de ladrar hasta que me iba contigo a la habitación y tantas cosas cielo, me duele tanto no tenerte.
Ayer soñé contigo, venías a verme, yo no paraba de achucharte y de contarte lo mucho que te añoraba, ha sido el único día desde que te fuiste que he despertado feliz.
Siempre estarás presente en mi corazón.