Recuerdo perfectamente el primer día. Era 14 de febrero de 2003. Eras una pequeña bola de pelo negro muy bonita, y de ahí tu nombre, “Boni”. Te cogí en brazos, te acaricié y te metí en mi gorro de lana para que no tuvieras frío. Tú me mirabas desde el fondo del gorro con cara asustada y, cuando metí mi cara en el gorro para tranquilizarte, me diste un tímido lametón en la nariz. Luego te acurrucaste en mi gorro y te quedaste dormida. En ese mismo instante empezó una amistad que se mantendría fresca durante 15 años, hasta que te tocó irte y dejarme, aprendiendo a paliar el dolor de no verte más. Pero me quedo con todos los buenos momentos que pasamos juntos: los paseos por el parque, los días de sofá y televisión, la hora de la siesta, juegos y los trocitos de salchicha que tanto de gustaban. Si alguna vez alguien me dio todo su amor incondicionalmente, esa fuiste tú. Siempre te llevaré en mi corazón. Gracias por regalarme los mejores 15 años de mi vida. Hasta la vista, Bonita.
Boni
2003 -
2018