Saludar a un perro, sobre todo si es un perro tímido o temeroso, es una habilidad específica que requiere conocimientos y práctica. Crear una buena primera impresión en los perros es tan importante como en los humanos. Determina en buena manera el futuro de la relación y por eso es una habilidad imprescindible en nuestro trabajo.
Es algo que puede hacer cualquiera, no es complicado, pero es una manera de hacer que no es natural para los humanos y por eso digo que se necesita práctica: porque hay que comportarse un poco menos como una persona y un poco más como cualquier perro.
Para empezar recordaremos que no ven muy bien, así que nos presentaremos sin nada que pueda afectar a como el perro ve nuestra silueta. Es importante que nos reconozca como humanos. Así que mejor no llevar nada en la cabeza, ni en las manos. Las capuchas, gorras, según que gafas, mochilas, paquetes que llevemos en las manos pueden alterar la forma de nuestra silueta y hacernos irreconocibles a sus ojos.
El siguiente paso es comportarse de la manera caninamente adecuada. La mayoría de perros responden bien si no nos mostramos demasiado interesados en ellos, si les dejamos ser y estar tranquilamente sin intervenir.
Cuando las personas se presentan unas a otras tienden a inclinarse una sobre la otra, a extender sus extremidades superiores en dirección a la otra persona para tocarla (ya sea apretón de manos o abrazo y beso), a establecer contacto visual directo y a proferir ruidos vocales específicos. Esto, que es correcto en muchos círculos humanos, es extremandamente grosero y descortés en círculos caninos y felinos.
Para saludarse con caninos y felinos hay que hacerlo más a su manera. Hay que acordarse de no mirar directamente a los ojos del animal, pues es amenazador. De no proferir ruidos estridentes. Va bien ponerse un poco de lado, e incluso agacharse siempre que sea seguro ( educir nuestra altura nos hace menos amenazadores). No invadiremos su espacio en ningún sentido (esto incluye no extender extremidades en su dirección). Dejaremos que se acerquen si quieren y que nos olfateen. Y sólo les tocaremos si ellos nos tocan primero.
Para la mayoría de las personas esta es la parte más difícil y es donde muchas fallan, pues en el fondo es el motivo por el cuál se acercan al animal: para poder tocarlo. Pero como he dicho anteriormente en el mundo canino tocar sin permiso se interpreta como una grosería extrema y por tanto hay que guardarse mucho de ser proactivos en este aspecto.
La tercera parte es hacer algo para que el perro se sienta bien en nuestra compañía, esto es, la mayoría de veces y en términos caninos, darle algo rico de comer. Si el perro es tan tímido que no se acerca, pues se lo facilitaremos lanzándoselo para que le quede más cerca la comida. Ya veremos si más adelante siente curiosidad y se acerca un poco más. Algunos perros van a preferir que les lancemos juguetes o pelotas y sólo algunos van a querer que los toquen o masajeen.
Como conclusión, los tres puntos a tener en cuenta son: no transformar nuestra silueta, respetar la etiqueta canina y hacer que el perro se sienta bien en nuestra presencia. Con estos tres pasos tenéis asegurada una buena primera impresión con cualquier canino que se cruce en vuestras vidas.