A veces en pleno verano podemos ver perros y gatos literalmente tostándose al sol. Y uno piensa: ¿Pero qué hacen, con este calor? Por lo que se ve son mucho más resistentes que nosotros a las temperaturas extremas, pudiendo sobrevivir en las zonas polares y no teniendo reparos para tenderse al sol en un tórrido dia de verano. Eso sí, tienen que poder levantarse y refrescarse cuando lo necesiten, si no, el sol puede acabar con ellos, pues el sistema que tienen para liberar calor corporal no es tan eficiente como el de los humanos.
Ahora que estamos en verano debemos tenerlo en cuenta y cuando dejemos a nuestros animales solos pensar cuánto tiempo van a estar, si el lugar está bien ventilado, cómo se hidratarán si les es necesario y si van a disponer de sombras bajo las que protegerse.
Si ocurre un accidente leve lo más eficaz es un baño de agua fresca hasta que el animal recupere la temperatura corporal normal. A los gatos que no estén acostumbrados al agua, hay que envolverlos en toallas mojadas frías e ir cambiándolas a medida que se entibien. Si es grave hay que ir al veterinario.