10 días ya sin tus pasitos detrás de mí, sin tu compañía, sin tocar tus suaves y peluditas orejas que tanto adoro…Esta sensación que llevo dentro, amigo mío, es muy dura, y es inmensa. Inmensamente triste cada vez que voy a verte y veo ese vacío al lado de tu fiel compañero Coco, nuestro diablito revoltoso. Sin duda alguna, te llevas una parte de mí, de lo cual me siento aliviada porque allá donde estés, no estarás solo.

Eternamente gracias. Gracias por hacerme más humana, más empática, más feliz con tu mirada de comprensión, con tus juegos y con tu alegría al verme llegar. Hasta el último instante te mantuviste firme, con una mirada que era puro amor.

Los reyes magos me prometieron una vez regalarme el perro más bueno y más bonito del mundo cuando tuviera espacio para ello y, sin duda lo lograron , contigo el listón está muy alto.

Y ahora descansa, mi peludito. Después de 14 años con nosotros dejas una huellita en nuestros rotos pero agradecidos corazones, y el mío tan solo desea en algún momento de mi existencia, o después de ella, volver a sentirte entre mis brazos.

Como siempre he dicho y como siempre diré, eternamente mi cachorro, te quiero Buddy, hasta siempre