Nuestro querido Buguete,
Llegaste en febrero del 2010, un cachorrote enorme, con unas patitas gigantes, prometías ser grandote… Y lo fuiste, pero no sólo de cuerpo, sino de alma, de corazón, de nobleza, de bonachón… Tan bueno que siempre decíamos que eras un tontorrón… Nunca gruñiste a nadie… Tan sólo en una ocasión sacaste tu genio para defenderme de dos perros a los que intuiste peligrosos… Y sí, destrozaste parte del sofá… Pero imposible reñirte al mirarnos con esa carita… Esos ojos…
Te has ido muy pronto, pero la huella que nos dejas es eterna… Jamás olvidaremos tus ruiditos al hacerte el masajito de orejas (las más suaves del mundo) ni tu insistencia para dormir en el sofá… Dejas tus genes de cazador (aunque poco los usaste… algún ratoncillo, algún pajarito…) en tu hijo Lebron… Y también le dejas en herencia esos mofletes caídos y esa cabeza imponente…
Gracias, Bugo, por tanto, te llevamos siempre en nuestros corazones <3
Hasta siempre, nuestro Buguete. ¡¡Te queremos!!
Bugo
2010 -
2020