Negret

2011 -
2025

Me siento con el corazón roto, pero lleno de gratitud por los casi 14 años que me regalaste. Eres y siempre serás un miembro de nuestra familia, un compañero de vida al que nunca podré olvidar.

Tu lealtad fue inquebrantable, siempre a mi lado, pase lo que pase. Me enseñaste lo que significa el amor incondicional, esa pureza que solo un alma tan noble como la tuya podía ofrecer. Eras más que un perro, eras mi confidente, mi refugio en los días difíciles y mi compañero de aventuras en los momentos felices.

Negret, eras fuerte como pocos, no solo físicamente, sino también en espíritu.

Nunca te faltaron ganas de dar y recibir mimos, y cuánto voy a echar de menos esas sesiones interminables de caricias, en las que tú siempre ganabas porque jamás tenías suficiente. Nos diste a todos un amor tan puro y desinteresado que siento que jamás podré devolvértelo como mereces.

Nos dejaste en casa, junto a tus papis y tus hermanitos Woody y Abril, rodeado de quienes más te quieren. Fue tu último gesto de amor, estar con nosotros hasta el final, como el fiel compañero que siempre fuiste. Aunque ahora me duele tu ausencia, me reconforta saber que te fuiste en paz, rodeado de la familia que tanto cuidaste y amaste.

Negret, siempre serás mi amigo fiel, mi guardián, mi pequeño héroe. Aunque ya no estés, vivirás para siempre en nuestros corazones, en cada recuerdo, en cada rincón de esta casa que llenaste de alegría y amor.

Gracias por cada momento, por cada enseñanza, por haber sido tan tú: noble, cariñoso, fuerte y leal. No es un adiós, mi pequeñin, es un “hasta siempre”. Algún día, en algún lugar, volveremos a encontrarnos.

Te quiero, siempre te querré.

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