Mi Nikki, mi bebé, hoy se cumple una semana de tu partida, uno de los días más dolorosos que he vivido. Tu ausencia se siente en cada rincón y todo este dolor que siento no es comparado con todo el amor que me diste. Para mí fuiste la mejor perra del mundo y siempre estarás en mi corazón. Extraño tanto tu compañía, no creí que te irías así tan de pronto, no sabía que te quedaba tan poco a pesar de que ya eras una viejecita. No puedo dejar de agradecer tu grandeza, tu amistad y tu cálida compañía y protección. Te amaré siempre. Se que algún día cuando me toque a mí tu estarás esperándome y moviendo la cola para recibirme y darte cariñitos y besos entre tus dos ojitos.