PLATA

2004 -
2020

Tu luz se apagó y dejaste a oscuras mi vida. Eras la luz de mis mañanas y ahora eres el ángel que me acompaña cada noche.
No te podré olvidar en lo que me resta de vida, seguirás en mi alma y en mi pensamiento en todo momento, porque eras especial, verdaderamente un ángel caído del Cielo y me hiciste ser especial a mi tb, por dejarme acompañarte y compartir nuestras vidas estos 16 años. Te has marchado de mi vida y he quedado huérfana de tu amor y de tu cariño, no sé cómo voy a superar tu pérdida mi Platita, porque lo eras todo para mí, no eras una gata, una simple mascota, eras una más en la familia, eras mi confidente, mi compañera fiel y mi adorada princesa, mi hija deseada. Ya no vendrás a recibirme nunca más a la puerta, al regresar del trabajo, para darme la bienvenida a casa, ni tampoco te acurrucarás a mi lado en el sofá, para dormirte plácidamente amasando mi barriguita, siempre haciéndome compañía. Tampoco escucharé tus conversaciones pidiéndome cariñitos, ni reñirás más a tu hijito por desaparecer sin tu permiso… No sé cómo seguiré adelante en mi vida sin ti, no estaba preparada para tu partida tan inesperada, en mis sueños compartiremos todos esos momentos que nos han quedado por vivir.
Toda la vida te estaré eternamente agradecida por estos 16 años de felicidad continua y amor incondicional, que era recíproco, porque nuestra conexión era tan especial, que ni la muerte nos va a separar.
El miércoles fue tu funeral y me despedí de ti Platita, pero era un simple hasta pronto, porque en el Cielo, Dios cuidará de ti, hasta que volvamos a estar juntas cuando sea mi momento.
Te quiero con toda mi alma, aunque sabes que mi alma se marchó contigo, ese maldito jueves que destrozó mi vida y mis ilusiones.
Te quiero mi niña, mi Princesa, mi Ratolina. Eternamente tuya. Mamá.

Ir al contenido