Mi pequeña Raixa, llegaste a mi vida cuando menos me lo esperaba, pero cuando más te necesitaba. Una bolita de 41 días que me esperaba en la terraza, que cada día se dormía en mi regazo, que me agujereaba la ropa, mordía los cordones, y me miraba con unos ojos repletos de amor y bondad. Crecimos juntas, sanándonos la una a la otra, disfrutando de nuestra compañía, de ir a la playa, de ir a correr, de nuestros entrenos… qué orgullosa te sentiste ese primer día que aprendiste a defenderme, era innato en ti, y qué orgullosa me sentí yo de ti.
Luego ya te salía automático, no dejabas que nadie se acercase a mí si no te gustaba lo que sentías. Eras puro fuego, luz y amor. Hiperactiva y histérica como tú sola… la terraza ha quedado muy calmada sin ti, y no hay día que te eche de menos.
A la que me ayudaba a subir escaleras cuando me dolían las caderas, la que me acompañaba hasta el coche o la puerta cada día, la que desaparecía repentinamente y estaba dentro de mi coche tumbada esperando a que nos fuéramos, la que tenía miedo al agua y luego se tiraba dentro del mar o la piscina como si nada…
Me calmabas, me dabas paz y me hacías sonreír siempre que lo necesitaba, y creo que era mutuo. Siempre recordaré cómo me buscabas cuando me iba de viaje, y cómo me recibías siempre que volvía a casa, podían haber pasado unos simples minutos y me recibías como si fuera una eternidad.
Te has ido muy pronto y de manera muy rápida e injusta, pero tu estuviste para mí siempre que te necesité, y ahí estuve yo, para calmarte y abrazarte también. Estuvimos juntas de principio a fin, inseparables, irrompibles. Lo nuestro no acaba aquí, y volveremos a encontrarnos una vez más.
Mi cachorrita, mi perrita de guarda y defensa, mi tesoro más preciado, mis ojitos lindos, mis patitas inquietas… te he querido, te quiero, y te querré siempre. Esto no es un adiós, es un hasta pronto. Sabes que siempre te esperaré y buscaré en cualquier lugar que vaya.
Descansa en paz gran guerrera, que juntas seguiremos de todas las maneras.
Raixa
2015 -
2022