SIMBA

1998 -
2016

Siempre recordaré el día que llegaste a mi vida, a nuestras vidas. Tenías tan sólo 2 meses y estaba un poco rehacia por tu llegada. Sin embargo, día tras día, con tu cariño, tus juegos, travesuras y tus manías de mordernos a todos, te convertiste en alguien tan especial e imprescindible en la familia. Un miembro más, mi hermanito pequeño, mi chiquitín. Recuerdo cuando te comías las bolsas de plástico, cuando te rampaste mordiendo los cables de la luz ( y tú como si nada…), cuando te ponías malito y te cuidaba metiéndote dentro de mi cama para darte calor, tus paseos diarios por la calle con tu correa ¡La gente alucinaba contigo!. Tan querido por los vecinos que hasta preguntaban por tí cuando no te veían pasear… Te hiciste tan especial para todos nosotros que nos has dejado una gran pena y huella en nuestros corazones. 17 años y medio, tantos besos, juegos, caricias y sentimientos. Sólo te podemos dar las gracias por haber formado parte de nuestra vida y nosotros de la tuya. Gracias por todo lo que nos has dado, tanto cariño y por habernos ayudado en momentos tan delicados y difíciles. Te hemos querido muchísimo, y yo especialmente, con locura. Te prohibí que te pasara nada malo, a tí no, no te podía pasar. Me muero de pena al pensar que ya no estarás entre nosotros. Qué difícil resulta la despedida después de tantos años… Nunca te olvidaremos, tu ausencia nos deja un gran vacío en nuestros corazones. Ahora habrá una estrella más en el cielo brillando. Nuestro Simba, mi Misu, mi chiquitín. Siempre te querremos.

Ir al contenido