YUNA

2006 -
2017

Querida Yuna
Nos tendremos que acostumbrar a no oír tus ladridos de alegría al llegar a casa.
A no tener tu mirada de cariño, a no tenerte sobre la cama y comerte a besos, a no tenerte siempre a nuestro lado, a salir a pasear sin que juntos veamos las vistas desde lo alto de Gènova, y juegues con mamá al escondite.
Si las lagrimas pudieran construir una escalera y los recuerdos un camino, subiría al cielo y te llevaría a casa otra vez.

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