Os contaba hace 15 días la muerte de nuestra “Princesita Diana”. Desgraciadamente, las calamidades no vienen solas, y quince días después, teníamos que dejarla ir para que no siguiese soportando el intenso sufrimiento de sus dolencias degenerativas. Así nos ha dejado, “Prunita” como le decíamos a veces cariñosamente. Si de Diana aprendimos vitalidad, de ti hemos aprendido VALOR. En todos los sentidos. Gracias por ser el ÁNGEL DE LA GUARDA de mi mujer. Después de todo esto, estamos desconsolados. HASTA SIEMPRE, YUNITA.